A medida que nos adentramos en 2023, los fabricantes siguen enfrentándose a un entorno cada vez más complejo e impredecible, impulsado por las constantes perturbaciones, la evolución de la dinámica de la mano de obra y la rápida aceleración de la transformación digital.
Para tener éxito en esta nueva era, los fabricantes deben adaptarse al cambiante panorama centrándose en la resistencia y la adaptabilidad, alejándose de los sistemas tradicionales y adoptando un nuevo enfoque de la digitalización de la fabricación.
En esta entrada del blog, exploraremos las tendencias clave que darán forma a la industria manufacturera en 2023 y más allá.
Tendencia de fabricación en 2023 [Destacados]
1. Perturbación constante: Navegar por el "triple estrangulamiento"
2. Priorizar la resistencia y la adaptabilidad junto a la eficiencia
3. Alejamiento continuado de los sistemas de fabricación tradicionales
Perturbación constante: Navegar por el "triple estrangulamiento"
En la industria manufacturera actual, la interrupción constante se ha convertido en la nueva norma, obligando a las empresas a adaptarse e innovar para seguir siendo competitivas. Uno de los retos más acuciantes a los que se enfrentan los fabricantes es el "triple estrangulamiento", que engloba las limitaciones de la cadena de suministro global, la escasez de mano de obra y la inflación. Cada uno de estos factores por separado puede tener un impacto significativo en las operaciones, pero su efecto combinado crea un entorno aún más incierto y volátil.
Las limitaciones de la cadena de suministro global están causando interrupciones en la disponibilidad de materias primas y componentes, lo que provoca retrasos en la producción y un aumento de los plazos de entrega. Estas limitaciones no sólo afectan a la capacidad de una empresa para satisfacer las demandas de los clientes, sino que también crean efectos dominó en toda la cadena de suministro, repercutiendo en otros fabricantes y proveedores.
La escasez de mano de obra agrava el problema, ya que la falta de trabajadores cualificados en la industria dificulta a los fabricantes mantener o aumentar los niveles de producción. Esta escasez puede atribuirse a factores como el envejecimiento de la mano de obra, la creciente falta de cualificación y la competencia de otras industrias por los mejores talentos. En consecuencia, los fabricantes deben invertir en el desarrollo de la mano de obra y encontrar nuevas formas de atraer y retener a los empleados.
La inflación aumenta la presión sobre los fabricantes, ya que el aumento de los costes de las materias primas, la energía y el transporte afecta directamente a la rentabilidad. Para mantener los márgenes, los fabricantes deben explorar medidas de ahorro, mejorar la eficiencia operativa e invertir en tecnologías avanzadas que puedan ayudar a compensar estos gastos crecientes.
A medida que la interrupción constante sigue afectando a la industria manufacturera, es imperativo que los fabricantes presten mucha atención a estos cambios continuos del mercado. Si comprenden los retos y adaptan sus estrategias de forma proactiva, los fabricantes podrán sortear las complejidades del "Triple Squeeze" y otras fuerzas disruptivas, asegurándose de seguir siendo resistentes y de estar bien posicionados para el éxito en un panorama en constante cambio.
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Centrarse en la resistencia y la adaptabilidad junto con la eficiencia
En el panorama de la fabricación, en constante evolución, la búsqueda de la eficiencia por sí sola ya no es suficiente para el éxito. A medida que los fabricantes navegan por las complejidades provocadas por las constantes interrupciones, aumenta la necesidad de centrarse en la resistencia y la adaptabilidad junto con la eficiencia. Este cambio de prioridades garantiza que las operaciones de fabricación estén mejor preparadas para afrontar retos imprevistos y recuperarse rápidamente de los contratiempos.
La resiliencia en la fabricación implica desarrollar procesos operativos y sistemas digitales que puedan resistir o recuperarse rápidamente de las interrupciones, ya sean conocidas o imprevistas. La creación de sistemas resistentes requiere un enfoque proactivo de la gestión de riesgos, que incluye la identificación de posibles vulnerabilidades, la aplicación de planes de contingencia sólidos y la supervisión y el ajuste constantes de las estrategias en función de la información en tiempo real.
La adaptabilidad, por su parte, se refiere a la capacidad de los procesos y sistemas de fabricación para ajustarse rápidamente a las nuevas condiciones, lo que permite a las empresas responder con eficacia a las cambiantes demandas del mercado, los requisitos reglamentarios y las tecnologías emergentes. En una era de constantes perturbaciones, la adaptabilidad es una competencia crucial para los fabricantes que buscan sobrevivir y prosperar.
Las tecnologías digitales desempeñan un papel vital en el fomento de la resistencia y la adaptabilidad en las operaciones de fabricación. Mediante la implementación de soluciones digitales como IoT industrial, la inteligencia artificial y el análisis avanzado, los fabricantes pueden obtener una mejor visibilidad de sus procesos, lo que les permite tomar decisiones informadas y adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes. Además, estas tecnologías pueden empoderar a los trabajadores de primera línea con las herramientas y los datos que necesitan para identificar y abordar los problemas, contribuyendo a la agilidad general de la operación.
A medida que los fabricantes navegan por los desafíos de la constante interrupción, es esencial encontrar un equilibrio entre la eficiencia, la resistencia y la adaptabilidad. Al adoptar este nuevo enfoque, los fabricantes pueden posicionarse mejor para superar las incertidumbres del complejo entorno empresarial actual y garantizar el éxito a largo plazo en una industria en constante cambio.
Un continuo alejamiento de los sistemas de fabricación tradicionales
La planificación centralizada descendente tradicional, la gestión prescriptiva y los sistemas informáticos inflexibles han sido durante mucho tiempo los pilares de las operaciones de fabricación. Sin embargo, a medida que los fabricantes se enfrentan a cambios constantes y retos imprevistos, estos enfoques convencionales están demostrando ser menos eficaces a la hora de abordar las complejidades del panorama de la fabricación moderna. La necesidad de una mayor agilidad y flexibilidad ha impulsado el abandono de los sistemas tradicionales en favor de soluciones más adaptables y resistentes.
Los sistemas de ejecución de fabricación (MES ) tradicionales han sido históricamente la columna vertebral de la gestión de la producción, proporcionando funciones esenciales como la programación de la producción, la supervisión del rendimiento y el control de calidad. Sin embargo, estos sistemas a menudo se quedan cortos cuando se trata de coste, flexibilidad y agilidad. Las implantaciones y el mantenimiento continuo de los MES tradicionales pueden resultar caros y llevar mucho tiempo, lo que dificulta a los fabricantes responder con rapidez a los cambios en las condiciones del mercado o en los requisitos de producción.
Además, los MES tradicionales suelen estar diseñados para soportar procesos de fabricación específicos y bien definidos y no están bien equipados para manejar la creciente complejidad y variabilidad de los entornos de fabricación modernos. Esta falta de flexibilidad puede obstaculizar la capacidad de una empresa para innovar y adaptarse a los nuevos retos.
A la luz de estas limitaciones, los fabricantes están adoptando cada vez más soluciones alternativas que priorizan la adaptabilidad, la colaboración y la toma de decisiones en tiempo real. Estos sistemas de nueva generación suelen aprovechar tecnologías digitales avanzadas como IoT, la IA y la computación en la nube para proporcionar una infraestructura más ágil y con mayor capacidad de respuesta para las operaciones de fabricación.
Al alejarse de los sistemas de fabricación tradicionales y adoptar soluciones más flexibles y adaptables, los fabricantes pueden navegar mejor por las complejidades del entorno empresarial en constante cambio. Esta transición permite a las empresas responder con mayor eficacia a las perturbaciones, aprovechar las nuevas oportunidades y seguir siendo competitivas en un panorama cada vez más complejo e incierto.
Adoptar un nuevo enfoque para la digitalización de la fabricación
El cambiante y complejo panorama de la fabricación exige un nuevo enfoque de la digitalización de la fabricación: uno que sea adaptable, colaborativo y perspicaz. Este nuevo enfoque debe empoderar a los trabajadores de primera línea con las herramientas y los datos que necesitan para responder rápidamente a los cambios, fomentando una operación de fabricación resistente y adaptable capaz de prosperar ante las constantes interrupciones.
Para lograrlo, los fabricantes deben replantearse sus estrategias de digitalización y dar prioridad a los requisitos básicos para una pila de tecnología digital de fabricación que respalde la adaptabilidad y la capacidad de recuperación. Estos requisitos -democratización, extensibilidad y componibilidad- forman la base de un nuevo enfoque de la transformación digital.
Democratización: Proporcionar a los trabajadores de primera línea herramientas digitales y datos accesibles les capacita para tomar decisiones informadas y actuar con rapidez. La democratización de la tecnología permite una operación de fabricación más colaborativa y ágil que puede responder mejor a los cambios del entorno.
Extensibilidad: La capacidad de integrar fácilmente nuevas tecnologías, sistemas y fuentes de datos es crucial para mantener una operación de fabricación flexible y adaptable. Una pila tecnológica extensible permite a los fabricantes escalar y evolucionar sus soluciones según sea necesario, garantizando que puedan mantenerse a la vanguardia en un panorama que cambia rápidamente.
Composibilidad: La adopción de un enfoque modular y componible de las soluciones digitales permite a los fabricantes construir y personalizar su pila tecnológica para satisfacer sus necesidades específicas. La componibilidad permite el rápido desarrollo y despliegue de nuevas soluciones, reduciendo el tiempo necesario para responder a los retos emergentes y capitalizar las nuevas oportunidades.
Al adoptar un nuevo enfoque de la digitalización de la fabricación que prioriza la adaptabilidad, la colaboración y la perspicacia, los fabricantes pueden navegar mejor por las complejidades del entorno empresarial global actual. Este nuevo paradigma permitirá a las operaciones de fabricación resistir o recuperarse rápidamente de las interrupciones, garantizando el éxito a largo plazo en una industria en constante evolución.
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