Anoche Tulip acogió una mesa redonda sobre el futuro de las mujeres en la industria manufacturera.

Coordinado con la sección de Nueva Inglaterra de Women in Manufacturing (WiM), una organización dedicada a conectar y empoderar a las mujeres de la industria, el evento brindó a las asistentes la oportunidad de establecer contactos e intercambiar historias entre brochetas de pollo y bebidas.

El núcleo del evento, sin embargo, se dedicó a una mesa redonda sobre los problemas acuciantes a los que se enfrentan las mujeres en la fabricación, así como la industria en general. Fue un debate vigorizante, en el que se mezclaron biografía, perspectiva y datos sobre el estado de la mujer en la fabricación.

Éstas son nuestras conclusiones.

No es la fabricación de su abuela

Aunque cada ponente destacó las contribuciones históricas de las mujeres a la fabricación (durante casi dos siglos han sido un segmento crítico y pasado por alto de la mano de obra), coincidieron en un punto importante: la fabricación actual sufre un problema de imagen.

Cuando mucha gente piensa en la industria manufacturera, piensa en condiciones de trabajo inseguras, fábricas sucias y un trabajo físico que destroza el cuerpo. Como señaló Heidi DeMello, Directora de Desarrollo Organizativo de Blount Fine Foods, sólo el 10% de las mujeres encuestadas piensa que la fabricación es una industria atractiva.

Todos los ponentes se apresuraron a señalar que esta percepción dista mucho de la realidad. La fabricación moderna es una industria de alta tecnología con funciones que van mucho más allá del operario de primera línea. Tulip El cofundador y director general Natan Linder explicó cómo todo el trabajo de fabricación está en transición hacia el trabajo del conocimiento. Cristina Mendoza, Responsable de Integración Estratégica de Capaccio Environmental Engineering, compartió cómo las mujeres tienen la oportunidad de aportar su experiencia de industrias externas a los contextos de fabricación.

Las asistentes compartieron las razones por las que se dedicaron a la fabricación, poniendo colectivamente en perspectiva los mitos sobre la fabricación. El trabajo desafiante, las tareas prácticas, una perspectiva ampliada del mundo y, por supuesto, los buenos salarios fueron mencionados como razones por las que las mujeres asistentes eligieron hacer carrera en la industria manufacturera.

Las mujeres pueden resolver la crisis laboral

Durante la última década, el número de puestos vacantes en la industria manufacturera no ha dejado de crecer. Según algunas estimaciones, en 2020 podría haber 2,2 millones de puestos de trabajo sin cubrir en la industria manufacturera.

En la actualidad, las mujeres representan menos del 30% de la mano de obra del sector manufacturero.

Los panelistas aprovecharon estas dos estadísticas para plantear un punto importante: las mujeres tienen el potencial para ayudar a resolver la crisis laboral de la industria manufacturera.

Las mujeres obtienen más del 50% de los títulos universitarios y representan más del 50% de la mano de obra actual. El simple hecho de incorporar más mujeres al sector contribuiría en gran medida a mantener la competitividad de la industria en los años venideros.

No hay sustituto para el trabajo en equipo y la tutoría

Hablando desde la experiencia personal, todas las panelistas coincidieron en que la tutoría es fundamental para incorporar una nueva generación de mujeres a la mano de obra manufacturera.

Se hizo mucho hincapié en el trabajo en equipo, en trabajar juntos para desarrollar habilidades, construir carreras y garantizar que las mujeres permanezcan en la industria el tiempo suficiente para desarrollar su potencial.

El trabajo en equipo, según las panelistas, implica algo más que la colaboración entre mujeres. Crucialmente, significa implicar a los hombres en la conversación, y trabajar para asegurarse de que todo el mundo en una organización está implicado en la creación de una cultura positiva e inclusiva.