En el panorama actual de la fabricación, en rápida evolución, la inteligencia de fabricación se erige como la piedra angular de la excelencia operativa. Donde los fabricantes han gestionado históricamente sus operaciones basándose en el mero instinto y la experiencia, hoy en día las empresas aprovechan datos sólidos para guiar su toma de decisiones y optimizar el rendimiento.

En este post, exploraremos la importancia de la inteligencia de fabricación: sus componentes básicos, sus beneficios sin parangón y el papel de las tecnologías de la Industria 4.0 y la inteligencia artificial en la remodelación de la industria manufacturera.

Además, profundizaremos en las aplicaciones del mundo real, mostrando cómo las empresas líderes están aprovechando los datos en tiempo real para mantenerse a la vanguardia. Sumerjámonos en el tema.

¿Qué es la inteligencia de fabricación?

La inteligencia de fabricación (IM) se refiere a la integración global de software, herramientas y técnicas utilizadas para recopilar, analizar y presentar datos de las operaciones de un fabricante. Este enfoque sistemático permite a las empresas convertir los datos brutos en información procesable, optimizando la productividad, la calidad y la eficiencia operativa general. En esencia, la MI proporciona una lente digital para ver, analizar y perfeccionar cada faceta del proceso de producción.

Históricamente, la industria manufacturera siempre se ha regido por los datos, aunque al principio de forma más rudimentaria. Esto adoptó la forma de cuadernos de bitácora manuales y revisiones periódicas, que evolucionaron lentamente hacia la recopilación de datos informatizada a finales del siglo XX.

Sin embargo, fue la llegada de la Industria 4.0 lo que realmente transformó el panorama de la fabricación moderna. La Industria 4.0 hizo hincapié en la importancia de la interconectividad, la automatización, el aprendizaje automático y los datos de producción en tiempo real. A medida que esta revolución ganaba impulso, el concepto de inteligencia de fabricación se entrelazó con ella, destacando la necesidad de sofisticadas herramientas de análisis de datos para navegar por la complejidad de los entornos de fabricación modernos. Hoy en día, la MI ya no es un lujo, sino una necesidad para los fabricantes que aspiran a prosperar en un panorama global digitalizado y competitivo.

Componentes básicos de la inteligencia de fabricación

Las ventajas de la inteligencia de fabricación (IM) residen en su enfoque polifacético, que aprovecha una serie de herramientas y técnicas para impulsar la toma de decisiones informadas en el taller. Echemos un vistazo más de cerca a cada uno de estos componentes básicos:

1. Recogida de datos: Este es el paso fundacional, en el que se recopila información de varios puntos de contacto dentro del entorno de fabricación. La precisión, la frecuencia y la exhaustividad de estos datos influyen directamente en las etapas posteriores del MI. Dependiendo de la etapa de madurez digital en la que se encuentre una empresa, la recopilación de datos puede adoptar muchas formas:

  • IoT Sensores: Como herramientas críticas del paradigma de la Industria 4.0, a menudo se colocan estratégicamente diversos sensores en toda la planta de fabricación. Captan continuamente métricas específicas y relevantes, que van desde el rendimiento de la máquina y las condiciones ambientales hasta la calidad del material. Industrial IoT ha revolucionado la forma de entender e interactuar con los distintos elementos del proceso de producción.

  • PLC (controladores lógicos programables): Son ordenadores especializados diseñados principalmente para controlar procesos industriales. Aunque su función principal es la automatización, los PLC sirven como fuentes de datos inestimables, arrojando luz sobre las operaciones de la máquina, los estados de error y mucho más.

  • Otras fuentes: El alcance de la recopilación de datos se extiende más allá de la maquinaria. Las entradas manuales de los operarios, las integraciones con los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP) y los registros de control de calidad, dibujan una imagen completa de un entorno de fabricación.

2. Procesamiento de datos: Con un tesoro de datos a mano, el siguiente reto es descifrarlos. El procesamiento de datos implica limpiar, organizar y analizar este vasto conjunto de datos.

Los sofisticados algoritmos, junto con las sólidas plataformas de análisis, ayudan a transformar y formatear los datos de manera que puedan ser analizados fácilmente por los supervisores y los responsables de planta.

3. Visualización de datos: Una vez procesados, los datos de producción y las percepciones deben compartirse con el personal pertinente de la planta de producción. La visualización de datos traduce los datos procesados a formatos visuales, como gráficos, diagramas y cuadros de mando. Esto puede ayudar a simplificar conjuntos de datos complejos, haciéndolos más accesibles a las personas de toda la organización.

A menudo vemos que la visualización de datos adopta la forma de informes, destacando métricas específicas, tendencias y evaluaciones del rendimiento del personal pertinente.

Además, los fabricantes pueden crear cuadros de mando digitales para mostrar métricas de alto nivel como el progreso hacia el objetivo, las tasas de defectos, la disponibilidad de las máquinas, etc. Esto proporciona visibilidad en tiempo real del rendimiento en todo el taller y fomenta la responsabilidad entre los operarios y los departamentos.

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4. Análisis predictivo: Mientras que la comprensión del estado actual de la producción es crucial para informar de lo que está sucediendo en el aquí y ahora, el análisis predictivo aprovecha los datos históricos junto con las entradas en tiempo real para anticipar los resultados futuros.

Por ejemplo, los supervisores pueden controlar de forma proactiva el rendimiento de los equipos para identificar patrones de desgaste y aberraciones funcionales y facilitar el mantenimiento y la intervención oportunos. Este mantenimiento preventivo ayuda a garantizar la salud de la máquina y elimina los costosos tiempos de inactividad.

Cómo influye la inteligencia artificial en la fabricación

En los últimos años, la inteligencia artificial ha comenzado a marcar el comienzo de una nueva era para el sector de la fabricación. Dentro del ámbito más amplio de la inteligencia en la fabricación, la IA ofrece a las empresas la posibilidad de amplificar sus capacidades para aprovechar los datos y transformarlos en información procesable.

Las dos áreas clave que hemos visto adoptar a los fabricantes incluyen el aprendizaje automático y, más recientemente, el procesamiento del lenguaje natural, impulsado por la IA generativa.

Aprendizaje automático (ML) en el mantenimiento predictivo y el control de calidad:

Mantenimiento predictivo: Los algoritmos de aprendizaje automático pueden analizar grandes cantidades de datos operativos de las máquinas para detectar patrones que podrían no ser visibles para el ojo humano. Al comprender estos patrones, los modelos de ML pueden predecir cuándo es probable que una máquina falle o requiera mantenimiento. Esto significa que los fabricantes pueden pasar de modelos de mantenimiento reactivos (arreglar las cosas cuando se rompen) a proactivos, garantizando un tiempo de inactividad mínimo y maximizando la vida útil de la máquina.

Control de calidad: En el ámbito del control de calidad, los modelos de aprendizaje automático pueden entrenarse para reconocer defectos o variaciones en los productos. Mediante el análisis continuo de imágenes o datos de las líneas de producción, estos modelos pueden identificar y señalar instantáneamente las discrepancias, garantizando que sólo los productos que cumplen las normas establecidas avanzan en la cadena de producción. Esto no sólo mejora la calidad de los productos, sino que también reduce las mermas y las retiradas.

Procesamiento del lenguaje natural (PLN) en el análisis de datos:

Interpretar los datos de producción: La PNL permite a los sistemas "entender" e "interpretar" el lenguaje humano. En una instalación de fabricación, esto significa que los operarios pueden introducir datos o consultas en lenguaje natural, lo que facilita la interacción con sistemas complejos sin necesidad de una formación especializada. Por ejemplo, un supervisor podría pedir a un sistema: "Muéstreme las tendencias de producción de la máquina 5 en septiembre", y recibir un informe comprensible.

Análisis de datos de producción: Más allá de la mera interpretación, la PNL puede utilizarse para analizar datos textuales procedentes de diversas fuentes, como los registros de los operarios, los formularios de opinión o los mensajes de error de las máquinas. Estos datos textuales, que a menudo se pasan por alto, pueden proporcionar información muy valiosa. Mediante el análisis sintáctico y el análisis de esta información, la PNL puede poner de relieve posibles áreas de preocupación, perspectivas operativas o incluso el sentimiento de los trabajadores sobre determinados procesos.

Al integrar a la perfección tecnologías de IA como el aprendizaje automático y el procesamiento del lenguaje natural en la inteligencia de fabricación, los fabricantes están mejor equipados para optimizar las operaciones, anticiparse a los retos e innovar continuamente. A medida que la IA sigue evolucionando, su relación simbiótica con la inteligencia de fabricación promete desbloquear un potencial aún mayor para la industria.

Retos de la implantación de la inteligencia de fabricación

Aunque la MI ofrece un enfoque transformador para optimizar los procesos de producción, hay muchos obstáculos que pueden impedir que los fabricantes aprovechen todo su potencial.

Uno de los principales retos a los que se enfrentan muchos fabricantes es la existencia de silos de datos. Se trata de bolsas aisladas de datos que no se integran fácilmente con otros conjuntos de datos, lo que a menudo dificulta un análisis exhaustivo de las operaciones.

A esto se une el problema de la integración de sistemas. La integración de diferentes soluciones de taller, especialmente cuando se trata de fusionar sistemas heredados con las últimas tecnologías, plantea su propio conjunto de dificultades, desde garantizar la compatibilidad hasta mantener una calidad de datos coherente.

Además, el paso a la digitalización suele requerir cierto grado de gestión del cambio. Invertir en MI no sólo requiere formación técnica para el personal pertinente, sino también un cambio cultural fundamental para los operarios acostumbrados a prácticas de fabricación más tradicionales.

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Mejores prácticas para integrar el IG en sus operaciones

Aunque los fabricantes comprenden intuitivamente el valor de invertir en inteligencia de fabricación, garantizar su integración sin problemas en sus procesos de fabricación requiere una mezcla de planificación estratégica y prácticas juiciosas.

Para empezar, invertir en una infraestructura escalable y robusta es fundamental. A medida que evolucionan los procesos de fabricación y se amplían las necesidades de datos, la infraestructura debe ser capaz de adaptarse al crecimiento sin comprometer el rendimiento. Optar por sistemas que puedan manejar mayores cargas de datos, herramientas adicionales y más operarios resultará beneficioso a largo plazo.

Esto no sólo prepara el futuro de la instalación de fabricación, sino que también garantiza un rendimiento constante a medida que las demandas cambian con el tiempo.

Igualmente importante es garantizar la colaboración interfuncional. El éxito de su iniciativa de IG no es dominio exclusivo de un departamento.

Los equipos de TI, tradicionalmente responsables de la configuración y el mantenimiento de los sistemas, deben trabajar en tándem con los equipos de producción que proporcionan información al taller. Este enfoque de colaboración garantiza que la nueva tecnología satisfaga las necesidades prácticas de los operarios de primera línea, al tiempo que se alinea con objetivos operativos más amplios.

Además, nunca se insistirá lo suficiente en la formación y el perfeccionamiento continuos. A medida que evolucionan las herramientas y las tecnologías de IG, también deben hacerlo los conjuntos de habilidades de la mano de obra.

Las sesiones de formación periódicas, los talleres y la exposición a las últimas tendencias mantendrán al equipo experto y preparado para aprovechar todo el potencial del IM. Esta inversión en capital humano no sólo impulsa la eficacia operativa, sino que también fomenta una cultura de innovación y adaptabilidad.

Por último, la implantación de los IG no debe ser un esfuerzo de "configúrelo y olvídese". Las auditorías regulares y las evaluaciones del rendimiento son fundamentales. Al evaluar sistemáticamente el rendimiento del sistema, la exactitud de los datos y los resultados generales impulsados por el IG, los fabricantes pueden identificar las áreas de mejora. Este enfoque proactivo garantiza que las herramientas de IG permanezcan alineadas con los objetivos organizativos y aporten el valor esperado.

En última instancia, aunque el atractivo de la inteligencia de fabricación es enorme, su integración con éxito depende de un enfoque metódico. Al anclar las estrategias en estas mejores prácticas, los fabricantes pueden allanar el camino hacia un futuro impulsado por los datos, perspicaz y eficiente.

Si está interesado en saber cómo puede integrar la inteligencia de fabricación en sus operaciones, póngase en contacto con un miembro de nuestro equipo hoy mismo¡!

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