Imagine que entra en su casa después de un largo día y su termostato Nest ya ha ajustado la temperatura a su nivel perfecto. Su Fitbit ha estado registrando sus pasos durante todo el día, y mientras usted estaba fuera, su timbre Ring vigilaba su porche delantero. Estos dispositivos inteligentes trabajan juntos a la perfección para hacer su vida más fácil, más eficiente, más conveniente y más basada en datos. Ahora, imagine llevar ese mismo nivel de inteligencia y automatización a sus operaciones de fabricación.
En teoría, añadir dispositivos inteligentes a sus operaciones de fabricación promete mucho: visibilidad en tiempo real, captura automatizada de datos, control de calidad más estricto. ¿Pero en la práctica? Es fácil acabar con una estantería llena de artilugios acumulando polvo. Lo hemos visto suceder. Una pieza llamativa de tecnología se pone a prueba, se adopta a medias y luego se olvida lentamente. ¿Por qué? Porque el dispositivo resolvía un problema que nadie tenía en realidad.
Elegir el dispositivo conectado adecuado no es sólo cuestión de características y especificaciones. Se trata de resolver los problemas adecuados. Y para ello, necesita dos cosas: una comprensión clara de los puntos de fricción ocultos en sus operaciones y una plataforma que sea lo suficientemente flexible como para ayudarle a abordarlos.
Ahí es donde entra en juego una plataforma abierta. Libera todo el potencial de la integración de dispositivos al facilitar la conexión de sus sistemas, herramientas y equipos existentes, sin depender de integraciones personalizadas. Y lo que es igual de importante, le permite integrar esas conexiones directamente en los flujos de trabajo de los operarios, para que los datos fluyan sin esfuerzo a medida que se realiza el trabajo.
Encuentre su fricción
Para sacar el máximo partido de los dispositivos conectados y de una plataforma abierta, primero tiene que entender dónde tendrán el mayor impacto. Eso significa identificar los puntos de su proceso en los que las ineficiencias le están costando activamente tiempo, precisión y cordura.
He aquí algunas preguntas para hacerse a sí mismo y a su equipo:
¿Dónde se frena o se cometen errores?
Busque pasos en los que los operarios estén tecleando información en hojas de cálculo, entrecerrando los ojos para leer etiquetas o buscando en distintos contenedores para elegir un componente. Este tipo de tareas repetitivas y tediosas no sólo ralentizan las cosas, sino que también aumentan el riesgo de errores o pasos perdidos. Cuando el trabajo resulta engorroso o frustrante, es más probable que la gente cometa errores o encuentre formas de evitar la tarea por completo. Los dispositivos conectados, como los lectores de códigos de barras, las cámaras y los sistemas de recogida de contenedores, pueden transformar la forma en que los operarios abordan estas tediosas tareas.
¿Qué es absolutamente necesario registrar, pero no se hace?
Piense en conformidad, trazabilidad, métricas de rendimiento. Cuando los datos se escapan o se capturan de forma incoherente, está poniendo en riesgo sus operaciones. Un dispositivo conectado puede aportar coherencia y fiabilidad a los puntos de contacto críticos.
¿Dónde se repiten (una y otra vez) los problemas de calidad?
Piense en los defectos que se repiten, las quejas de los clientes o los reprocesamientos que parecen surgir de la nada. ¿Hay pasos en el proceso que dependen demasiado de la memoria o de comprobaciones manuales? Puede que un dispositivo inteligente no resuelva la causa raíz, pero puede añadir una capa de verificación que evite que se cuelen errores.
¿Qué datos cambiarían su forma de trabajar, si dispusiera de ellos?
Aquí es donde brillan los dispositivos inteligentes: proporcionando información desde el borde. Imagine conocer el tiempo de actividad de una máquina en tiempo real, realizar un seguimiento automático de las condiciones ambientales o ver exactamente en qué punto del proceso se encuentra un producto.
¿Listo para comprar? Considere esto
Mapear estos puntos de fricción le ayuda a centrar sus inversiones. El objetivo no es añadir más tecnología porque sí, sino eliminar las barreras que impiden trabajar mejor.
Una vez que sepa dónde puede marcar la diferencia un dispositivo inteligente, la pregunta es: ¿qué dispositivo marcará esa diferencia? No todos los dispositivos son iguales, y no todos funcionarán en su entorno. He aquí lo que debe tener en cuenta antes de comprometerse:
1. Adecuación al entorno y al flujo de trabajo
¿Funcionará realmente donde usted lo necesita? Un sensor elegante no servirá de mucho si no puede sobrevivir en su taller o si interrumpe el ritmo de su equipo. Asegúrese de que el dispositivo es lo suficientemente resistente para el mundo real y puede integrarse en las operaciones diarias sin crear fricciones.
Tenga en cuenta las clasificaciones y la calidad de fabricación a la hora de seleccionar los dispositivos. Los escáneres de códigos de barras con clasificación IP65, como el Honeywell Granit o el Zebra DS3600, están fabricados para soportar las exigencias de los entornos industriales -polvo, caídas y oscilaciones de temperatura incluidos-. A pesar de su diseño robusto, son fáciles de usar: con sólo apretar el gatillo, los operarios capturan rápidamente los códigos de barras, agilizando la trazabilidad y eliminando la necesidad de introducir datos manualmente. Se trata de una solución robusta y de alto rendimiento que se adapta perfectamente a los flujos de trabajo de ritmo rápido sin estorbar.
2. Facilidad de uso y adopción
Si no es intuitivo, no se utilizará. Simple y llanamente. Busque herramientas que requieran poca o ninguna formación, que faciliten la vida de las personas y que se sientan como una extensión natural del trabajo, no como un nuevo sistema que aprender.
La mayoría de los operarios ya saben manejarse con herramientas comunes como básculas e impresoras. Eso es lo que convierte a dispositivos como una básculaMettler Toledo o una impresoraZebra en candidatos ideales para conseguir victorias rápidas y sin fricciones. Son familiares, pero ahora están conectados. Conéctelos a su proceso para automatizar el pesaje o agilizar el etiquetado, y dispondrá de actualizaciones fiables que se adaptan directamente a los flujos de trabajo existentes y ofrecen un valor inmediato sin una curva de aprendizaje pronunciada.
3. Datos en los que puede confiar (y utilizar)
El valor de un dispositivo inteligente reside en los datos que captura, así que asegúrese de que son precisos, coherentes y están listos para impulsar la acción. Pero no se trata sólo de calidad, sino también de conectividad. ¿Pueden los datos fluir en sus sistemas existentes sin desarrollo personalizado o soluciones provisionales?
Los dispositivos con integraciones nativas o controladores preconstruidos -comolos controladores Edge de Tulipofrecenuna vía rápida hacia una conectividad fiable y de alto rendimiento. Reducen la sobrecarga de integración y garantizan que el dispositivo se comunique limpiamente con su pila de software.
Y si no dispone de una integración preconstruida, ¿es compatible el dispositivo con protocolos abiertos y estándar del sector como OPC UA, MQTT o API REST? Si es así, es fácil configurar la comunicación a través de un dispositivo de borde y obtener esos datos en su plataforma operativa donde se pueden utilizar para mejorar los procesos.
4. Escalabilidad y soporte
Los mejores dispositivos no son soluciones de un solo truco. Son bloques de construcción en su solución componible. Una inversión inteligente hoy debería ser capaz de escalar con sus operaciones mañana, ya sea expandiéndose a otras líneas, resolviendo problemas adyacentes o desplegándose en múltiples centros.
Busque dispositivos que sean versátiles o fácilmente reconfigurables a medida que cambien sus necesidades. Por ejemplo, los sensores Mitsubishi Vision y los sistemas de visión In-SightCognex pueden encargarse de todo, desde la detección de defectos hasta el reconocimiento óptico de caracteres (OCR), lo que permite que un único dispositivo admita una amplia gama de casos de uso de calidad y trazabilidad. Consolidar la funcionalidad de este modo ayuda a reducir el número de dispositivos en la planta, agiliza el mantenimiento, simplifica la formación y mantiene abiertas sus opciones de implantación en el futuro.
Los dispositivos escalables no son sólo rentables, son estratégicos. Crecen con usted, se adaptan a los nuevos retos y ayudan a garantizar que su inversión siga siendo relevante a lo largo del tiempo.
Elija con propósito, escale con confianza
Los dispositivos inteligentes pueden desbloquear un enorme valor en el taller, pero sólo cuando están resolviendo problemas reales en los lugares adecuados. El riesgo de tomar la decisión equivocada es real: estanterías, presupuesto malgastado, equipos frustrados. Pero si empieza por identificar las fricciones operativas, puede acabar con dispositivos fáciles de adoptar, creados para su entorno, preparados para los datos y escalables. No sólo está comprando hardware. Está sentando las bases de unas operaciones más conectadas, eficientes y adaptables.
Así que no persiga las características. Céntrese en el ajuste. El dispositivo adecuado no se limita a recopilar datos: impulsa la acción, ahorra tiempo y crece con su empresa. Empiece por lo pequeño. Piense a lo grande. Elija con inteligencia.
Encuentre el dispositivo adecuado para usted
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